Tim Buckley nació artísticamente como uno de los expositores del folk más promisorios de su generación. Se empapó con todas las nuevas corrientes que aparecían en los sesenta, desde la psicodelia de Cambridge, hasta el free jazz norteamericano; desde el rythm and blues hasta el la experimentación. Eso llevó a que muchos de sus antiguos fans se sintieran abandonados e, incluso, traicionados. Siempre parecía que llevaba los límites demasiado lejos, probando a su audiencia con cada nuevo disco, en cada concierto. Es en aquel momento de su carrera en que lanza Lorca, su placa más osada hasta ese entonces.
Este álbum que Tim Buckley lanzó en 1970 es un trabajo de completa experimentación, un juego vocal e instrumental de casi cuarenta minutos. En esta placa se hace evidente la influencia que el nuevo jazz de vanguardia estaba ejerciendo en Buckley. También con este disco el músico deja su marca registrada al utilizar su voz como un instrumento más dentro de una gran improvisación jazzística.
El lado dos del disco es bastante más accesible que el primero, lleno de experimentaciones vocales y reminiscencias al jazz de vanguardia. En el corte Driftin' se aprecia el lado más folk del músico, mientras que el tema Nobody Walkin, por su parte, muestra la increíble variedad de estilos que Buckley quería incorporar a su repertorio. Allí aparece el folk, por cierto, pero también la experimentación y el rythm and blues.
Aunque Lorca no tuvo un buen recibimiento por parte del público ni tampoco por la prensa, sí le sirvió a Tim Buckley como un ensayo general de lo que sería su obra maestra, el disco Starsailor, que saldría meses después al mercado. Con aquel álbum el músico norteamericano finalmente quedó inscrito dentro del selecto grupo de los más aventureros intérpretes del avant garde de su época. Lamentablemente sus dos siguientes placas fueron un rotundo fracaso tanto de ventas como de crítica.
En 1975, finalmente, Buckley es encontrado muerto en la habitación de un hotel, víctima de una sobredosis de heroína, culminando así la vida de un talentoso músico y una de las grandes voces del rock.
Este álbum que Tim Buckley lanzó en 1970 es un trabajo de completa experimentación, un juego vocal e instrumental de casi cuarenta minutos. En esta placa se hace evidente la influencia que el nuevo jazz de vanguardia estaba ejerciendo en Buckley. También con este disco el músico deja su marca registrada al utilizar su voz como un instrumento más dentro de una gran improvisación jazzística.
El lado dos del disco es bastante más accesible que el primero, lleno de experimentaciones vocales y reminiscencias al jazz de vanguardia. En el corte Driftin' se aprecia el lado más folk del músico, mientras que el tema Nobody Walkin, por su parte, muestra la increíble variedad de estilos que Buckley quería incorporar a su repertorio. Allí aparece el folk, por cierto, pero también la experimentación y el rythm and blues.
Aunque Lorca no tuvo un buen recibimiento por parte del público ni tampoco por la prensa, sí le sirvió a Tim Buckley como un ensayo general de lo que sería su obra maestra, el disco Starsailor, que saldría meses después al mercado. Con aquel álbum el músico norteamericano finalmente quedó inscrito dentro del selecto grupo de los más aventureros intérpretes del avant garde de su época. Lamentablemente sus dos siguientes placas fueron un rotundo fracaso tanto de ventas como de crítica.
En 1975, finalmente, Buckley es encontrado muerto en la habitación de un hotel, víctima de una sobredosis de heroína, culminando así la vida de un talentoso músico y una de las grandes voces del rock.
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