Buddy Guy nace en 1936 en Lousiana y a comienzos de los años cincuenta comenzó a actuar junto a diferentes bandas, siempre destacando por su particular estilo de tocar la guitarra: una fusión de potencia, virtuosismo y mucho sentimiento, capacidad interpretativa que le ganaría la admiración de músicos tan importantes como Jimi Hendrix y Eric Clapton.
Su talento fue menospreciado por varios años, incluso por el dueño del sello Chess con el que estuvo ligado entre 1959 y 1968. Durante ese tiempo sólo se le dio trabajó como músico de sesión para figuras como Howlin’ Wolf, Little Walter y Muddy Waters. Y mientras las bandas a las que había inspirado para crear el rock de los sesenta recibían toda la gloria y el dinero, su propia carrera se encontraba estancada. La fama a nivel global recién llega con el renacimiento del blues durante los ochenta y principios de los noventa, cuando se reeditan sus trabajos anteriores y lanza nuevas producciones que le hacen acreedor de varios premios Grammy.
El 2005 lanza una de sus mejores obras, el disco Bring’em In, en el que revitaliza covers especialmente de la época más importante del R&B norteamericano con la ayuda de invitados de la talla de Keith Richards, Tracy Chapman y Carlos Santana.
Lo que hizo y hace a Buddy Guy un gran músico es la increíble naturalidad con que toca la guitarra, casi como una extensión de su propio cuerpo. Fue de los primeros en experimentar con la guitarra, ya fuera tocándola con baquetas de batería, haciendo piruetas, produciendo sonidos que hasta ese entonces no habían sido escuchados.
Bring’em In, la última placa de estudio de Buddy Guy , demuestra la vigencia que tiene este personaje no sólo en el ambiente del blues, sino que en el de la música popular en general. En vísperas del lanzamiento de esta producción, Guy fue incluido dentro del salón de la fama del rock and roll en una ceremonia conducida por dos de sus mayores admiradores y compañeros en la ruta del blues : Eric Clapton y B.B. King. Otro incentivo para que este prócer de la música norteamericana continúe creando.
Su talento fue menospreciado por varios años, incluso por el dueño del sello Chess con el que estuvo ligado entre 1959 y 1968. Durante ese tiempo sólo se le dio trabajó como músico de sesión para figuras como Howlin’ Wolf, Little Walter y Muddy Waters. Y mientras las bandas a las que había inspirado para crear el rock de los sesenta recibían toda la gloria y el dinero, su propia carrera se encontraba estancada. La fama a nivel global recién llega con el renacimiento del blues durante los ochenta y principios de los noventa, cuando se reeditan sus trabajos anteriores y lanza nuevas producciones que le hacen acreedor de varios premios Grammy.
El 2005 lanza una de sus mejores obras, el disco Bring’em In, en el que revitaliza covers especialmente de la época más importante del R&B norteamericano con la ayuda de invitados de la talla de Keith Richards, Tracy Chapman y Carlos Santana.
Lo que hizo y hace a Buddy Guy un gran músico es la increíble naturalidad con que toca la guitarra, casi como una extensión de su propio cuerpo. Fue de los primeros en experimentar con la guitarra, ya fuera tocándola con baquetas de batería, haciendo piruetas, produciendo sonidos que hasta ese entonces no habían sido escuchados.
Bring’em In, la última placa de estudio de Buddy Guy , demuestra la vigencia que tiene este personaje no sólo en el ambiente del blues, sino que en el de la música popular en general. En vísperas del lanzamiento de esta producción, Guy fue incluido dentro del salón de la fama del rock and roll en una ceremonia conducida por dos de sus mayores admiradores y compañeros en la ruta del blues : Eric Clapton y B.B. King. Otro incentivo para que este prócer de la música norteamericana continúe creando.
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