Bob Dylan comenzó su carrera limpiando bares sólo por la recompensa de poder tocar algunas de sus canciones en aquellos tugurios de mala muerte. De ser uno más de los muchos intérpretes de folk que deambulaban por el New York de comienzos de los sesenta, pasó a ser la voz de su generación, una que hablaba de paz en tiempos de guerra y que aborrecía los principales vicios de la sociedad norteamericana.
Para 1964 y gracias a discos como The Times They Are A-Changin' y Another Side of Bob Dylan se había convertido en la mayor figura del folk estadounidense, tanto así que ya en 1966 con producciones como Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde era un icono de la música mundial.
Su acercamiento a la experimentación rockera no estuvo libre de polémica y recriminaciones, que pronto serían aplacadas con la salida del álbum de 1967 John Wesley Harding, en el que Dylan retorna a las raíces más tradicionales de la música norteamericana. Este trabajo obtuvo al instante una abrumadora alabanza de parte de los críticos y uno de los records de venta más grandes de su carrera. Es también su primer acercamiento serio al country y una vuelta a los sonidos más reflexivos y calmos de su amplia paleta compositiva.
Este disco de 1967 es especialmente importante dentro de la carrera del compositor, ya que significó su regreso al folk, pero también a la composición luego del prolongado silencio discográfico que guardó tras sufrir un grave accidente en motocicleta que lo tuvo al borde de la muerte.
Este hecho determinaría que Bob Dylan se distanciara de los medios y del público en general. Pero también significaría un extenso reposo en el que tuvo la oportunidad de volver a la composición. Luego se reuniría con el conjunto The Band para realizar una serie de demos que no saldrían a la luz hasta 1975, pero que influyeron directamente en el sonido del disco John Wesley Harding, considerado el primer álbum country-rock de la historia.
Para 1964 y gracias a discos como The Times They Are A-Changin' y Another Side of Bob Dylan se había convertido en la mayor figura del folk estadounidense, tanto así que ya en 1966 con producciones como Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde era un icono de la música mundial.
Su acercamiento a la experimentación rockera no estuvo libre de polémica y recriminaciones, que pronto serían aplacadas con la salida del álbum de 1967 John Wesley Harding, en el que Dylan retorna a las raíces más tradicionales de la música norteamericana. Este trabajo obtuvo al instante una abrumadora alabanza de parte de los críticos y uno de los records de venta más grandes de su carrera. Es también su primer acercamiento serio al country y una vuelta a los sonidos más reflexivos y calmos de su amplia paleta compositiva.
Este disco de 1967 es especialmente importante dentro de la carrera del compositor, ya que significó su regreso al folk, pero también a la composición luego del prolongado silencio discográfico que guardó tras sufrir un grave accidente en motocicleta que lo tuvo al borde de la muerte.
Este hecho determinaría que Bob Dylan se distanciara de los medios y del público en general. Pero también significaría un extenso reposo en el que tuvo la oportunidad de volver a la composición. Luego se reuniría con el conjunto The Band para realizar una serie de demos que no saldrían a la luz hasta 1975, pero que influyeron directamente en el sonido del disco John Wesley Harding, considerado el primer álbum country-rock de la historia.
bob dylan - all along the watchtower (live)
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